El techo de cristal
Se ha llamado techo de cristal a las barreras invisibles que impiden el ascenso de las mujeres a las diferentes estructuras sociales, culturales, económicas y de poder político de una sociedad e igualdad a los hombres. Eso que ahora llamamos techo de cristal fue y sigue siendo aún para muchas mujeres un búnker de acero armado por los cuatro costados.
Europeas y americanas son hoy en día especialmente
afortunadas en relación a las mujeres que viven en otros países, donde en
algunos de ellos no solo no se están produciendo avances en el terreno de la
igualdad para acabar de derrumbar esos techos de cristal, si no que se están
levantando más altos y reforzando con cemento y acero. Si hacemos un símil
deportivo, muchas mujeres de países miembros de la OCDE, juegan en otras ligas
muy diferentes y en las cuales el nivel y la calidad aumentan. En el extremo
opuesto, tenemos otras "liguillas" en otros países, principalmente de
África y Asia, como es el caso que nos ocupa en esta noticia, Afganistán, donde
las protagonistas parecen fantasmas negros, tapadas de la cabeza a los pies,
con la lengua dormida y la boca cosida por el miedo. Despojadas de todo aquello
por lo que un día lucharon, pequeños avances, nimios quizás pero que ahora en
estos últimos años y que con la vuelta de los talibanes al poder y sus
políticas segregadoras de género que se han ido implementando.
Aunque este caso sea extremo no puede dejar de hacernos ver ciertas propuestas y movimientos que se están produciendo en nuestras “grandes ligas” y que en algunos casos supone también un cierto retroceso en los avances logrados. Para evitar que aquí también nos pase debemos ser sensibles a lo que allí ahora mismo está ocurriendo, porque si ahora son silenciadas con esta nueva ley que proponen, perderán la única arma que les queda... la palabra.
Berrinale
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